Obra del mes. Shahrezade y las noches árabes, nº 28
Shahrezade y las noches árabes es la serie más reciente de Hanoos Hanoos. Inspirada en su experiencia vital y en la memoria como observador del mundo, esta obra propone una narrativa visual en la que confluyen influencias poéticas de Oriente y Occidente.
Los personajes que habitan sus lienzos no posan ni buscan la mirada del espectador: están inmersos en sus propios quehaceres cotidianos. Muchos aparecen incluso de espaldas, sugiriendo una escena que transcurre sin interrupción. Esta disposición no excluye, sino que invita a mirar con atención, a desentrañar los múltiples relatos que conviven en cada obra.
El color adquiere un papel estructural en la narración: revela, oculta, conduce la mirada y propone recorridos. Funciona como los fotogramas en una película, aunque aquí se muestran todos a la vez, en un solo plano. Esa simultaneidad recuerda a la técnica del collage, y aunque podría parecer construida a partir de recortes superpuestos, está lograda únicamente con medios tradicionales: dibujo y color, sin añadidos.
El leitmotiv de la serie —la figura femenina que, con un libro ante el rostro, sigue relatando historias noche tras noche— rinde homenaje al relato eterno de Las mil y una noches. Hanoos se aproxima a esta tradición milenaria con respeto, del mismo modo que lo hiciera Pier Paolo Pasolini en su personal versión cinematográfica.
Desde sus inicios, a finales de los años setenta, el artista ha renunciado intencionadamente al uso de sombreado, anatomía académica y perspectiva, alejándose de toda ilusión realista. Su objetivo no es representar el mundo tal cual es, sino construir un universo ideal de belleza y verdad, basado en el equilibrio formal, la fuerza del color plano y las líneas negras que actúan como árbitros entre las formas.
Su pintura se articula en dos dimensiones, con una composición regida por la geometría islámica y las proporciones de Fibonacci, pero siempre subordinada a la forma y al ritmo. El dibujo armoniza el desarrollo de un esquematismo que remite, en ocasiones, a la caligrafía.
El proceso pictórico de Hanoos combina lo accidental y lo deliberado: capas que se superponen, se anulan o se integran como estratos geológicos o muros urbanos que conservan huellas del tiempo. A primera vista, sus obras pueden parecer abstractas, pero con una mirada más detenida, emergen las figuras y los relatos.
El resultado final depende tanto de los pigmentos y sus texturas como de los utensilios empleados —cartón, espátulas, trapos, pinceles— y de técnicas como veladuras, salpicaduras o acciones sustractivas. Esta riqueza matérica y formal busca algo más que la contemplación: aspira a provocar pensamiento, reflexión y, si es posible, nuevas ideas.
Fotografía publicada en su web. Vista parcial de su estudio en Madrid
Para más información ver enlace artículo en el blog Biblioteca. Reina de los Mares: Blanco Conde, Mª. ( 2023) . La donación del pintor Hanoos Hanoos a la AECID. https://reinamares.hypotheses.org/57359